

Oración
Pedidos de oración
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"... Si dos de ustedes se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que esta en el cielo"
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Abandono
Amante y bondadoso Dios:
pareciera como que no tengo amigos y que todos me han dado la espalda. Señor, me siento con el alma vacía. No tengo fuerzas para hacerle frente a esta batalla, por lo que imploro el cumplimiento de la promesa Deuteronomio 31: 6 donde me dices que no debo temerle a los que están contra mí, porque tú me fortalecerás.
Te ruego que las palabras del Salmo 9: 10, que aseguran que nunca abandonarás a los que te busquen, se hagan una realidad en mi vida. Por eso, Señor, en estos momentos te busco. me aferro a la promesa de 2 Corintios 4: 8 y 9 "nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados pero no destruidos". Dame el valor que tuvo el apóstol Pablo y Ayúdame a creer que a pesar de las pruebas, "No seremos destruidos".
Gracias Señor por la seguridad de tu inmensurable amor. Gracias por escuchar mis palabras y por no abandonarme. ¡Tu amor es tan grande que si tengo sed en medio del abrasante desierto, no sólo me darás agua, sino que arribas los ríos las fuentes y los manantiales! Gracias por llenarme con tu amor. Amen
Que los que conocen al SEÑOR confíen en él, porque Dios nunca abandona a los que buscan su ayuda
Salmo 9: 10
"Sean fuertes y valientes; no tengan miedo ni se aterroricen de ellas, porque el SEÑOR su Dios irá con ustedes. Él no los abandonará ni los olvidará". Deuteronomio 31: 6
El pobre y el necesitado buscan agua y no hay. Su lengua está reseca de la sed. Pero yo, el SEÑOR, les ayudaré; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré que broten ríos de las cumbres desiertas y manantiales en medio de los valles. Convertiré el desierto en una laguna y el campo seco en manantiales.
Isaias 47: 17, 18.
Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los poderes diabólicos, ni lo presente, ni lo que vendrá en el futuro, ni poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios que se encuentra en nuestro Señor Jesucristo.
Romanos 8: 38, 39.
Aceptación
Querido padre celestial:
MI MAYOR Y MAS PROFUNDO DESEO es que me acepten por lo que soy, no por lo que tengo, ni por mi apariencia. Deseo esto mas que cualquier otra cosa en la vida. Sin tomar en cuenta lo mucho que me esfuerzo, a veces me siento como una persona extraña, indigna de relacionarse con la gente. Mi bondad no es superior a la de los demás, y no merezco la aceptación de ellos. Por eso acudo a ti, Señor, porque sé muy bien que nunca me rechazas. Me recuerdas en efesios 1: 4-5 que, aun antes de la creación del mundo, me hiciste parte de tu familia.
¡Cuan especial me siento porque me hayas escogido! Oh, Señor, necesito que hoy estés mas cerca de mí, pues tengo problemas para creer que hayas hecho esto.
Agradezco que mi salvación no dependa de mis sentimientos, o de mis buenas obras. Reclamo el cumplimiento de la promesa de Isaias 41: 9, donde dices que me escogiste y no me rechazaste. Creo en las palabras de 1 Samuel 12: 22 donde afirmas que me has hecho parte de tu pueblo.
Ayúdame a experimentar no solo tu aceptación, sino también la de los demás, para así reconocer lo que dices en Romanos 15: 7, que todo esto es para tu gloria. Gracias por aceptarme y por amarme tal como soy. Humildemente te lo pido. Amen
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos ha dado toda clase de bendiciones espirituales en el cielo a través de Cristo. Dios quiere bendecirnos de esta manera porque nos eligió por amor antes de la creación del mundo para que fuéramos su pueblo santo sin falta ante él. Por el amor que tiene, Dios decidió adoptarnos como hijos suyos a través de Jesucristo. Eso era lo que él tenía planeado y le dio gusto hacerlo.
Efesios 1: 3-5
Te tomé de lo más remoto de la tierra, te llamé de los rincones más lejanos, y te dije: “Tú eres mi siervo, te elegí y no te hice a un lado”
Isaías 41: 9
Sin embargo, el SEÑOR no abandonará a su pueblo. Al SEÑOR le agradó hacerlos su pueblo. Así que, por amor a su nombre, no los abandonará.
1 Samuel 12: 22
Acéptense unos a otros así como Cristo los ha aceptado. Acéptense para honrar a Dios.
Romanos 15: 7
Adicciones
Querido y poderoso Dios:
¡Soy un adicto sin esperanza! Por favor, te suplico que me libres de las cosas que controlan mi vida. Por mucho tiempo mis propias inclinaciones me han aprisionado. Señor, tú sabes mejor que nadie que he tratado de derrotar esos malos hábitos, pero siguen ejerciendo control sobre mí. Incluso, cuando me esfuerzo por abandonarlos y trato de dominar mi naturaleza, puedo sentir que el mal me domina, y me hallo satisfaciendo mis deseos carnales. ¡No puedo alcanzar la victoria con mis propias fuerzas! ¿Por qué esperar todo ese tiempo de lucha contra mis malos hábitos, para llegar a la conclusión de que tú eres el único que tiene el poder para obrar un cambio en mi interior y romper las cadenas que me atan y me hieren a mí y a quienes me aman?
Mi corazón y mi alma claman por tus promesas. En el salmo 146: 7 leo que tu le das «Libertad a los cautivos». Juan 8: 36 dice: «Así si el hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres».
También te pido que se cumpla lo expresado en Juan 15: 7: «Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se le concederá». Marcos 10: 27 declara: «Para los hombres es imposible - aclaró Jesús, mirándolos fijamente -, pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible». En Juan 8: 31, 32, me dices que si grabo en mi corazón tus enseñanzas, ¡La verdad me hará libre!
Oh, Dios, tu palabra es poderosa. Te alabo por darme la biblia, por instruirme, por convencerme, por librarme de las adicciones y por ofrecerme la seguridad de la salvación.
Alabo tu santo nombre. Amen.
Administración
Mi creador y Rey:
Tú sabes que yo no soy un buen administrador del dinero, de los talentos ni del tiempo. Me has bendecido con esos dones, pero los he utilizado de una manera poco inteligente. Señor, administro inadecuadamente las bendiciones que me has concedido y eso me llena de remordimientos. Anhelo de todo corazón depositar mis tesoros en el banco del cielo como dice Mateo 6: 20 y 21.
Tú declaras en Malaquías 3: 8-10 que si no te entrego mis diezmos y ofrendas te estoy robando; pero, que si fielmente devuelvo lo que a ti te corresponde, abrirás las ventanas del cielo y me colmaras de tantas bendiciones ¡Que no tendré donde guardarlas! ¡Que justo y generoso eres! Además, en Juan 12: 26 has prometido que si soy fiel en el uso de mi tiempo y talentos, me honraras. ¡Esa es una promesa impresionante!
¡Oh, Padre Celestial, busco tu bendición y te acepto como mi Señor y Salvador! Tú has prometido en Filipenses 4:19 satisfacer todas mis necesidades; por eso te pido que me ayudes a confiar plenamente en ti. Mi corazón quiere escuchar las palabras de Mateo 25: 23: «¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho mas. ¡Ven a compartir la felicidad de tu Señor!».
Reclamo la promesa de apocalipsis 17: 14, respecto a todos «los que estan con él en sus llamados, sus escogidos y sus fieles».
Pido todo en el nombre de Jesús. Amen